viernes, 14 de enero de 2011

Un ser maravilloso y enigmatico

Es un individuo completo pero su mitad está dividida en dos partes.

Uno en lugar de tener escamas es de felpa, por fuera es gordo, pero por dentro llena ese grande espacio de amor, de inocencia, es autentico, tal vez elemental, torpe, cochino, pero con gracia y ternura, su mirada es como la de un niño de cinco años que hace travesuras sin diferenciar lo bueno de lo malo.

El otro en lugar de tener piel tersa es de metal, frio, con ímpetu de superioridad, tal vez es tan superior y tan poderoso que con solo lagrimas de hierro fundido en ojos de odio, puede fulminar y desvanecer la luz del anterior, en su boca con acento británico solo hay órdenes, desprecio, orgullo, y desde su trono con pereza, un tono sarcástico para el mundo que lo rodea; aunque su nombre sea antónimo a la edad de Isabel II su similitud es mucha…

Los dos aman, el primero con intensidad y el otro con tenacidad, uno con humildad, como una semilla que intenta crecer y tal vez no crecerá, el otro con una patológica costumbre de familia real (realeza) (realidad).
¿A quienes aman? Aman a sus símiles, a su mitad creadora, a esos seres que tienen media personalidad de felpa y metal respectivamente, sin dejar de mencionar que uno no tiene ni un pelo de inocencia y el otro un pelo de realeza, más bien mucho de torpe y mucho de pereza. La otra mitad de estos seres amados es un intento fracasado de complacencia hacia el individuo completo, uno con amor y pasion, el otro con amor y hermandad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario